Audi TT


AUDI TT vs FORD PROBE


Para ponernos en antecedentes, he de comentar que previamente al TT tuve un Ford Probe 24v del año 1993 , un coche que a pesar de ser también deportivo presenta un estilo diferente al Audi TT, quedando bastante patente la diferencia entre el concepto de deportivo que hay en EEUU y lo que hay en Europa (aunque la base mecánica del Probe es totalmente japonesa, en concreto de Mazda). Si queréis saber más sobre mi Ford Probe, aquí tenéis información: Web de mi anterior coche.

 
Hay que reconocer que la calidad del modelo germano es superior a la del modelo americano (plásticos, ajustes, materiales, tacto de mandos), y en este aspecto, Audi hace valer su categoría de marca "premium". 

El comportamiento del TT, presenta una orientación más "radical" y en la configuración del bastidor se ha buscado la eficiencia en conducción deportiva (suspensiones más firmes, estabilidad en curvas lentas superior). 

En cuanto al equipamiento , sería injusto hacer una comparación, ya que un modelo se empieza a comercializar cuando el otro ya ha desaparecido, así que pertenecen a generaciones diferentes. Cabe resaltar que, situándolos en las respectivas épocas, ambos contaban con un equipamiento muy completo.


 
 
Comparando el rendimiento del motor , la cosa aún se pone más difícil ya que son motorizaciones completamente opuestas, a pesar de tener exactamente la misma potencia: 163 cv y unas prestaciones también muy similares.
El Probe alcanza este valor de potencia con un motor V6 de 2.500 cc con 24v , mientras que el TT lo consigue con un motor de 4 cilindros turbo con 1.800 cc y 20v
 
Resultados: El sonido del motor del Probe enamora en aceleración. Al ralentí, siempre que tenga el emputjadors de las válvulas en buen estado (problema común en el modelo), sigue siendo precioso. La entrega de potencia es progresiva, y sube de vueltas hasta las 6500 de modo que no te das cuenta ... bien, si que te das cuenta, al ver la aguja de la gasolina bajar con la misma velocidad. 

 

Por su parte, el motor del TT presenta una respuesta a partir de medio régimen contundente, aunque no es exagerada la entrada del turbo. Esta respuesta, junto con el tacto de los mandos (cambio de marchas de recorrido corto y preciso, pedal de embrague de funcionamiento suave pero en ningún caso blando, dirección con cierto punto de dureza, adherencia del cuerpo en el asiento, y habitáculo más conseguido, aportan unas sensaciones más deportivas. Aparte están los consumos, donde en las mismas condiciones, pueden llegar a ser de 2 - 2,5 litros / 100km inferiores (el consumo medio del Probe durante 7 años estuvo en 10,5 l / 100km , el del TT en este año, apenas llega a los 8,0 l / 100km).

 

Hacer una comparación de la fiabilidad mecánica de los dos modelos puede ser injusta, debido a la diferencia de años - kilómetros, pero en términos absolutos puedo decir que la fiabilidad mecánica del Probe, por decirlo de manera suave, no era su mejor característica, que junto con la prácticamente imposible tarea de buscar recambios en tiendas del entorno (hay que tener referencias de piezas para comprarlas a Mazada, o bien directamente por internet), hace que tener un Probe para uso diario se convierta en un dolor de cabeza, pasando a estar más orientado a coche de capricho (segundo coche) o hobby. 

Por su parte, de momento, en los 20.000 km que he tenido el TT (entre los 30.000 km - 50.000 km) no ha habido ningún problema mecánico. Haciendo una búsqueda por internet, encontramos que los principales defectos genéricos de este modelo son las bobinas (Audi tiene una campaña de cambio de bobinas gratuito), cuadro de agujas que falla, abatimiento de los asientos ... en general, suele ser un bloque muy robusto, donde los problemas pueden venir de ciertos componentes electrónicos y de tubos que con el tiempo se estropean. La ventaja grande respecto al Probe es que los componentes del motor se encuentran fácilmente, ya sean originales o sucedáneos. 

Esta, en principio, buena fiabilidad del motor Audi, junto con unos consumos bastante razonables por la potencia del coche, (en mi caso, en los recorridos habituales, en conducción tranquila sobre los 7,7 l - 8,3 el / 100km), hacen que sea un coche compatible con un uso diario.

Entramos por último en el apartado más personal, la estética del coche.

Tal como he comentado, ambos coches presentan filosofías diferentes, a pesar de tener una orientación deportiva común. Tengo que reconocer que la estética del Ford Probe fue un amor a primera vista, que aún hoy dura. Considero que el diseño del coche es de una categoría superior a la del segmento donde se encuentra, y rompe con sus coetáneos, y no por casualidad, ganó premios de diseño cuando se comercializó. Creo que su diseño bebe de la misma fuente de donde beben coche como pueden ser el Corvette.


Por su parte, el TT me traslada a los años 50-60, a modelos como pueden ser el Porsche 356 coupe o incluso los primeros 911 ... Creo que en su diseño (sobre todo el interior) se buscó un espíritu retro, que unido a la calidad propia de Audi hace que sea todo un placer subir a su pequeño habitáculo, y dejar pasar los kilómetros.


En definitiva ... dos coches especiales, cargados de personalidad que por suerte he tenido el placer de disfrutar.